El día envejece sobre las montañas.
El sol se oculta y abandona el mundo.
Y yo aquí de pié pienso en ella.
Miro otro nuevo atardecer.
Aunque el día muera y la noche llegue,
mi amor por ella se fortalece,
no muere con el sol prófugo,
nace de nuevo con la luna peregrina.
Miro otro nuevo atardecer
y recuerdo sus ojos contemplándome
y yo me entrego a su magia
mientras ella me regala mis alas.
Vuela alto y yo junto a ella.
Me enseña otros atardeceres,
una explosión deslumbrante de colores
y miro otro nuevo atardecer.
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