miércoles, 5 de agosto de 2009

Recuerdos

Sentado aquí, en cualquier parte, pienso en ti, y vienen a mi cabeza aquellos recuerdos en donde solo aparecemos tú y yo, cogidos de la mano y hablando de cosas del amor; pero aparecen recuerdos tristes también, y mi felicidad se convierte en tristeza; pero en todo momento tu cara angelical está grabada en mi cabeza como un tatuaje que nada ni nadie podrá borrar.

En este momento me pregunto: ¿podré esperar algo de ti? resuenan en mi cabeza aquellas palabras que dijiste esa noche, cuando los dos estábamos solos, y nuestra única compañía era la naturaleza que nos rodeaba: “no quiero herir a nadie en este momento, y creo que estamos bien como estamos”. En ese momento sentí que una espada atravesaba mi corazón y derramaba aquel líquido que todo hombre guarda cuando una mujer le gusta: la esperanza. Pero yo siempre vuelvo a recogerlo y lo guardo sólo para ti.

En mi cabeza existen muchos recuerdos tuyos, algunos buenos, algunos malos; pero todos los guardo como tu única personificación ante mí. Para mí son más que un tesoro valioso; son casi mi vida misma.

Te recuerdo en todo momento amada mía, chiquita.

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